Una negligencia médica es aquel acto que, ejecutado por un profesional sanitario, ya sea por acción u omisión, se desvía de las normativas o preceptos comúnmente aceptados en Medicina, y causa con ello una lesión o daño (físico o moral) al paciente y/o sus familiares.
Una negligencia médica puede ser el abandono en el parto y los consiguientes daños para la madre y el feto, pero también un error de prescripción de medicación, la deficiente realización de un intervención, o un deficiente seguimiento en el posoperatorio, errores o retrasos diagnósticos, omisiones en el deber de información al paciente…
En Derecho no se habla tanto de negligencia médica, sino de infracción de la Lex Artis ad hoc. La Medicina como otras ciencias, constituye un arte en sí misma, y como tal, ha de ser ejecutada conforme a los principios estipulados que aseguren el mejor tratamiento para el paciente. Cualquier desviación en ese sentido, es contraria a la Lex Artis y por lo tanto, constituye una negligencia médica.
Realmente dicha negligencia se pude llamar impericia o imprudencia sanitaria que sería la falta de conocimiento, habilidad o experiencia de un profesional de la sanidad, no sólo de los médicos. Porque quien sufre eso que llaman negligencia médica las más de las veces padece el efecto de una imprudencia en ámbito de la sanidad, que no es campo exclusivo del médico.
La diferencia es que la negligencia se reserva al error grosero, a la falta de la más elemental atención y cuidado; mientras que la impericia es la concreta falta de habilidad o experiencia. Con esto no quiero decir que no existan negligencias médicas, pero quedan reducidas a escasos supuestos si nos remitimos a la casuística judicial.
Lo que sí hay, en muchas ocasiones, son impericias sanitarias, errores que causan daños, unos llamados iatrogénicos, y otros que podemos llamar imprudentes. Todos pueden derivar en una responsabilidad sanitaria; los primeros por falta de consentimiento informado, y los segundos por la falta de pericia que implican. Atribuidos en unas ocasiones al médico, pero en otras al enfermero, al auxiliar e incluso al celador; pero a mayor responsabilidad mayor es la posibilidad de cometer un error.